Desde dentro: Antonio Pérez

No entiendo nada: La hipocresía no tiene límites

Hace unos días explicaba el arrebato del Alcalde quitándome del facebook, como su "amigo" después de manifestar mi descontento por no ser invitado a los recibimientos de nuestros deportistas. Pues bien, ayer domingo durante la misa de Santiago en la Iglesia del Carmen, el alcalde y su equipo de gobierno ocupaban el banco delantero izquierdo de la iglesia, encontrándonos los demás miembros de la corporación en el banco delantero derecho. En un momento de la ceremonia, en la cual el párroco dice las palabras "démonos fraternalmente la paz", el Alcalde sale de su banco, se dirige a nuestro banco por la parte de afuera y, uno a uno, nos va dando la paz a todos los concejales allí presentes. Esto que, aparentemente, pudiera ser un acto normal, no lo es para mí, pués si hace un día me eliminaba de su lista de "amigos" en el facebook, quiere decir que no merezco su confianza y, por lo tanto, no necesitaba salirse de su banco para cumplir el protocolo religioso, entendiéndose ese acto como un acto de pura hipocresía o, lo que es menos probable, de arrepentimiento como haría un buen católico, fe que, supuestamente, procesa nuestro alcalde.

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